miércoles, 24 de julio de 2013

EL PAPA FRANCISCO LLEGO A SAN PABLO

El Papa Francisco llegó este miércoles a San Pablo para oficiar su primera misa multitudinaria en América latina en el mayor santuario católico de Brasil, en Aparecida. El avión que lo transportó desde Río de Janeiro llegó hasta el aeropuerto de San José de Campos, a unos 70 kilómetros de esta localidad, y desde allí se trasladó en helicóptero hasta el recinto, donde tuvo lugar la celebración religiosa. "Hoy en día, todos un poco, y también nuestros jóvenes, sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer", afirmó el papa argentino ante unos 200.000 fieles que se congregaban en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida. En 2007, Francisco visitó el santuario de la patrona de Brasil para la V Conferencia Episcopal Latinoamericana y del Caribe (Celam). En ese entonces, aún arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio había presidido la comisión que redactó el documento final, de fuerte contenido social y político, que enfatizó "la opción por los pobres" en esta región -donde viven más del 40 por ciento de los católicos del mundo-.
Re-encantar a los jóvenes Francisco apuesta por re-encantar a los jóvenes con el mensaje de una Iglesia capaz de renovarse en una época de crisis, sacudida por escándalos financieros y de pedofilia.El Papa fue "a Aparecida por su devoción mariana y para celebrar la primera misa con el pueblo brasileño, pero creo que al visitar a Nuestra Señora saluda a toda la región", comentó a la agencia AFP el sacerdote Roni Dos Reis, uno de los portavoces de este encuentro en el santuario.La Iglesia católica enfrenta una sangría de fieles en Latinoamérica, mientras asiste al fuerte crecimiento de las iglesias evangélicas. Francisco encabezó una liturgia para 15.000 personas dentro de la basílica y para unas 200.000 en los exteriores del santuario. Recorrerá además varios kilómetros en papamóvil descubierto por la ciudad, engalanada para recibirlo.De 76 años, Francisco ya dio muestras de su estilo al viajar a Brasil: desechó un papamóvil blindado para recorrer Rio de Janeiro y saludó a la presidenta Dilma Rousseff con besos en la mejilla.Aparecida ya fue visitada por el papa Juan Pablo II (1980) y Benedicto XVI (2007).Unos 5.000 militares y policías están a cargo de la seguridad. El domingo fue hallada una pequeña bomba de fabricación casera en uno de los baños del santuario, que fue detonada, informó el ejército.Caos de transporte y fallas de seguridadEl estilo llano del Papa puso en problemas a la organización a su llegada el lunes a Rio, cuando su vehículo quedó atrapado varias veces en el tránsito, en medio de una multitud enfervorizada, luego que el conductor errara el recorrido.Algunos cambios en el programa de Francisco en Brasil fueron decididos el martes, tras una "importante reunión" sobre su logística y seguridad en Brasil, anunció su portavoz, el padre Federico Lombardi.Este miércoles de noche, al retornar a Rio desde Aparecida, el Papa usará un coche cubierto -y no el papamóvil, como estaba previsto inicialmente- para trasladarse a un hospital franciscano donde la Iglesia inaugurará un ala para adictos al crack.Pese a su popularidad, el papa llegó a Brasil en medio de protestas por los altos costos de su visita y de la JMJ, estimados en u$s53 millones, que terminaron en violencia. Sin aludir a esas manifestaciones ni a las que sacudieron el país en junio, Francisco ya planteó las líneas del mensaje que difundirá en su primera visita a la región."No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo", dijo, pidiendo garantizar derechos básicos a los jóvenes del mundo como "seguridad y educación".Más de un millón de personas protestaron en las calles del país en junio por mejores servicios públicos, contra la corrupción y los gastos del Estado en la organización de la Copa del Mundo.Pero la juventud que espera al papa también quiere cambios que acerquen a la Iglesia a los nuevos tiempos.Una reciente encuesta del Instituto Ibope señala que buena parte de los jóvenes católicos brasileños apoyaría cambios en las posiciones más conservadores de la Iglesia sobre la unión de homosexuales, el uso de la píldora del día después o la penalización del aborto. Fuente Yahoo.

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