viernes, 17 de octubre de 2014

17 DE OCTUBRE

Ese día amenazaba lluvia, el cielo estaba cargado de un color gris intenso. En las distintas vías de entrada a la Capital Federal, una marea humana de trabajadores, obreros, empleados y gente común, se desplazaba desde los cuatro puntos cardinales para llegar a la Plaza de Mayo. Tenían un solo objetivo. Pedir por la liberación del Coronel Juan Domingo Perón que había sido desplazado de su cargo y detenido. Scalabrini Ortíz escribía sobre esa jornada. “Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en las densas vaharadas, mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados en el mismo grito y en la misma fe, iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el empleado de comercio. Era el subsuelo de la patria sublevada”.
Perón, a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión comenzó a perfilar en sus discursos a favor de la clase obrera, de los trabajadores, de los explotados, a crear ámbitos de discusión, a darle la voz a los que no la tenían. Era un 17 de octubre del año 1945. Ese día convertiría a nuestro país en un antes y un después. Ese 17 de octubre empezaba a escribirse otro capítulo en la historia de nuestro país. Ese fecha histórica daría lugar al nacimiento del más grande de los movimientos políticos de Latinoamérica. El 17 de octubre de 1945 nacía el Partido Justicialista. La fuerte presión que ejerció la masa de trabajadores, logró que Perón fuera liberado y que el presidente Fárrel le pidiera que hable desde el balcón para que el pueblo reunido en la Plaza se desconcentre. En sus memorias Perón recuerda que no sabía que decirles e improvisó uno de sus mejores discursos.
“Trabajadores, muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores, y siempre he sentido una enorme satisfacción, pero hoy siento un verdadero orgullo de argentino porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de la conciencia de los trabajadores”, Que sea esta unidad indestructible e infinita, para que nuestro pueblo no solamente posea una unidad, sino para que también sepa dignamente defenderla. Dije que había llegado la hora del consejo, y es este: recuerden trabajadores, únanse, únanse y sean más hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse en nuestra hermosa Patria, la unidad de todos los argentinos” La epopeya del 17 de octubre de 1945 , fue grandiosa y fue el pueblo el que salió a la calle a pedir por una persona que hablaba, en el mismo idioma que ese mismo pueblo quería oír. CARLOS CERIMEDO Secretario de Adoctrinamiento Junta Capital Centro

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