viernes, 13 de enero de 2017

Si se calla el cantor. Horacio Guarany 1972 y 2009

La Villerita - Horacio Guarany

SE CALLO EL CANTOR

Este viernes murió Horacio Guarany, uno de los cantores más emblemáticos de la música popular argentina. El artista falleció a los 91 años en su casa de la localidad bonaerense de Luján según confirmó su mánager Rubén López. Sus comienzos y el origen de su nombre Los discos de Guarany (grabó más de 80) se apilan como la rica historia de un personaje que conquistó argentina con su poética pueblerina. Horacio Guarany había nacido un 15 de Mayo de 1925 en el chaco santafesino (Las Garzas) y su verdadero nombre era Eraclio Catalín Rodriguez. Proveniente de Alto Verde, pueblo litoraleño, Guarany llegó a Buenos Aires a sus 17 años con la ilusión de materializar su sueño de cantante folklórico, pero tuvo que pasar un buen tiempo, en el que sobrevivió cantando tangos y boleros, y hasta fue marinero, para poder hacerse un lugar en la escena. Su comienzo con la orquesta de Herminio Giménez, en la que cantaba música paraguaya y en idioma guaraní fue la razón de su rebautismo y el cambio al nombre que lo inmortalizó.
En 1957, luego de grabar su primer disco (con titulo homónimo) viajó a la antigua Unión Sovietica para participar de un festival de la canción, y ese viaje cambió todo en su vida, personal y profesional. A su regreso, las canciones del LP se habían popularizado y allí comenzó su enorme carrera que lo consagró como “el gran cantor” del folklore argentino. Su relación con Córdoba En 1961 nuestra provincia aparecería como un punto fundamental en su carrera ya que Horacio Guarany fue uno de los participes en la realización de la primera edición del Festival de Cosquín dando inicio a una de las tradiciones festivaleras más importantes de la historia. Paralelamente, y desde 1969, el cantor se presentó en el Festival de doma y folklore de Jesús María donde intaló sus legendarios shows de los días lunes. “Yo los quiero mucho a los cordobeses cuando inicié la gira por el interior en el año 1958, empecé en Córdoba. Cuántos recuerdos, cuántas cosas. Me acuerdo del Chango Rodríguez, en Chubut 34, los asados llenos de sal gruesa, los estudiantes, y hacer la porquería con las chinitas. Córdoba está siempre presente, hasta tenemos un ministro de economía cordobés: ‘Kisió’ (por Axel Kicillof)”, decía sobre su relación con la provincia en la última entrevista que le realizó La Voz del Interior. Además de la música, el cine jugó un rol definitivo en su carrera, durante la década del 70 actuó en La vuelta de Martín Fierro, de 1974, Si se calla el cantor, de 1973, y Argentinísima, dirigida por Fernando Ayala y Enrique Olivera en 1972. Recientemente había protagonizado El grito en la sangre, película que basada en su novela gauchesca Sapucay y dirigida por Fernando Musa, marcó su regreso a la pantalla grande tras casi 40 años de ausencia.
Exilio Si bien la película La vuelta de Martín Fierro, dirigida por Enrique Dawi tuvo una gran repercusión local, en ese año 1974 Horacio Guarany, quien se había manifestado comunista, fue reiterado blanco de amenazas de muerte y atentados por parte del grupo parapolicial Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Así, luego de ser obligado a abandonar el país comenzó un largo y duro exilio que lo llevó primero a Venezuela, luego a Mexico para finalmente establecerse en España. Durante su ausencia, la dictadura militar argentina hizo desaparecer todos sus discos, además de censurar la difusión de algunas canciones como La guerrillera o Estamos prisioneros, entre otras. Si bien el cantor volvió en diciembre de 1978 a nuestro país, no fueron tiempos de tranquilidad para él, ya que el 20 de enero de 1979 una bomba en su casa de Buenos Aires lo condicionó a realizar espectáculos sólo en el interior del país. Fue en 1983, y con el retorno de la democracia que su carrera volvió a reencontrarlo con el gran público. Música y vino Su casa del barrio porteño de Coghlan fue también la sede del "Templo del Vino", lugar donde distintos artistas exponían sus obras y disfrutaban de veladas interminables junto al cantor. Fangio, Edmundo Rivero, Stamponi, Alonso, Froilan Gonzalez, Lima Quintana fueron algunos de los nombres importantes que dejaron su huella en el recinto. En lo musical, su obra prolífica dejó piezas imborrables en el cancionero popular. El mundo es un pañuelo, de 1982, Entre gallos y medianoche, de 1988, Aquí en mi tierra, de 1980, Cartas, de 1997, y Por los siglos de los siglos cantor, de 1999, fueron algunos de sus trabajos discográficos más importantes. Tal fue la magnitud de su obra que Guarany fue distinguido como el cantante masculino más importante de la historia del folclore argentino en 1985 con el premio Konex de Platino. En el 2004 su último disco Cantor de cantores estuvo ternado para el Grammy latino y fue presentado en una extensa gira por San Francisco, Los Angeles, Miami, Nueva York, New Yersey, y Toronto en Canadá. Además de escribir canciones, entre 1992 y 1993 escribió tres novelas: El loco de la guerra, Las cartas del silencio y Sapucay.
Últimos años En la última edición del festival de Cosquín Horacio “Pueblo” Guarany, quien era muy crítico con sus organizadores, no se presentó, pero sí, a sus 89 años y luego de años de ausencia en el escenario Martín Fierro, volvió a cantar en el Festival de doma y folklore de Jesús María abriendo una puerta que se le había cerrado en 2001 cuando firmó exclusividad con el festival de la plaza Próspero Molina. Por suerte, para todos, en la noche del regreso Guarany recibió una calurosa bienvenida, a tal punto que el cantor prometió volver a pisar el tablado de la doma en su próxima edición, algo que finalmente no pudo lograr por sus graves problemas de salud. fuente, lavoz.com.ar