Cientos de files participaron del retiro espiritual que se llevó a cabo el fin de semana pasado con la presencia del Padre Darío Betancourt y que fue organizado por la Municipalidad de la Ciudad de San Juan.
Este retiro culminó con la celebración de una misa que originariamente estaba prevista realizarla en la Av. José I. de La Roza y Caseros. Se había instalado más de 1.000 sillas para los asistentes, con un imponente escenario, pero ante la sorpresa del fuerte viento zonda que azotó la Ciudad de San Juan y otros departamentos, los la misa se tuvo que realizar en la parroquia de la Merced. Allí el Padre Betancourt instó al público presente a cantar, aplaudir y levantar las manos en sus oraciones. Con el carisma que lo caracteriza, el Padre sanador, como también se lo conoce, hizo sonreír a todos, dejándoles enseñanzas para interpretar la palabra de Dios.
En la oportunidad hubo sanaciones que emocionó a los presentes, cuando una joven se acercó con los audífonos en la mano, diciéndole al Padre Darío, que ahora podía oír sin el aparato. Al final hubo oraciones a las llagas de Jesús, para pedir por las distintas partes del cuerpo que cada uno pudiera tener enfermas. Y a la hora de las bendiciones, hizo estremecer a la concurrencia, cuando le dio a una de las fieles probar limón con sal, porque sufría llagas en la boca y que entre lágrimas, aseguró que tales heridas habían dejado de provocarle dolor.
Saludos protocolar al intendente Lima y bendición a empleados municipales
Al día siguiente, antes de iniciar la partida, el Padre Betancourt, asistió al Municipio de la Ciudad de San Juan a presentarle los saludos protocolares al intendente Marcelo Lima. En la Sala de Cuadros del Palacio Municipal, donde Betancourt bendijo a funcionarios y empleados de la municipalidad.
Este retiro culminó con la celebración de una misa que originariamente estaba prevista realizarla en la Av. José I. de La Roza y Caseros. Se había instalado más de 1.000 sillas para los asistentes, con un imponente escenario, pero ante la sorpresa del fuerte viento zonda que azotó la Ciudad de San Juan y otros departamentos, los la misa se tuvo que realizar en la parroquia de la Merced. Allí el Padre Betancourt instó al público presente a cantar, aplaudir y levantar las manos en sus oraciones. Con el carisma que lo caracteriza, el Padre sanador, como también se lo conoce, hizo sonreír a todos, dejándoles enseñanzas para interpretar la palabra de Dios.
En la oportunidad hubo sanaciones que emocionó a los presentes, cuando una joven se acercó con los audífonos en la mano, diciéndole al Padre Darío, que ahora podía oír sin el aparato. Al final hubo oraciones a las llagas de Jesús, para pedir por las distintas partes del cuerpo que cada uno pudiera tener enfermas. Y a la hora de las bendiciones, hizo estremecer a la concurrencia, cuando le dio a una de las fieles probar limón con sal, porque sufría llagas en la boca y que entre lágrimas, aseguró que tales heridas habían dejado de provocarle dolor.
Saludos protocolar al intendente Lima y bendición a empleados municipales
Al día siguiente, antes de iniciar la partida, el Padre Betancourt, asistió al Municipio de la Ciudad de San Juan a presentarle los saludos protocolares al intendente Marcelo Lima. En la Sala de Cuadros del Palacio Municipal, donde Betancourt bendijo a funcionarios y empleados de la municipalidad.
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