Por CARLOS CERIMEDO
Cronista y conductor de “Platea nacional”
En 1975 trabajaba como Asistente de Producción del viejo Canal 7, en Bs. As. El edificio estaba ubicado en Leandro Alem y Viamonte. En el año 76, Gerardo Sofovich llega al Canal con “Polémica en el bar” y su hermano Hugo a producir y dirigir “El tío Porcel”.
En este programa me toco ser asistente del productor Alberto Martín, ahí lo conocí al “gordo” que también trabajaba en polémica, fueron momentos de mucha tensión pues ya se había gestado el golpe militar y el canal estaba intervenido por el Vicecomodoro Elejalde.
Como además yo trabajaba en una productora independiente, se contactó con la misma Humberto Ortiz, mas conocido por Coquito, el compañero inseparable creador del Capitán Piluso. y autor de los libretos.
Humberto no estaba bien económicamente y propuso que se contratara un espacio en el Canal 2 de La Plata (Hoy América), para montar “La Casa de Coquito” junto con la productora.
Enterado Olmedo de la situación económica de su amigo, se presentó espontáneamente en los estudios de Canal 2 como Piluso, con su remera a rayas, el sombrero, la honda colgada al cuello y comenzó a improvisar la rutina.
Ese lunes fue una fiesta, se grabaron los cinco programas de la semana. Claro era el único día que los teatros no trabajan. La tarea más cansadora era cambiar al público infantil del estudio, removiéndolo de lugar. El público era el mismo pero en cada programa se le daban nuevas ubicaciones. Los demás lunes que se grabaron los otros programas, nuevamente Olmedo estaba como uno más del elenco. El Negro nunca quiso cobrar por su aparición en los programas, tanta era su solidaridad con su amigo, que también nos acompañaba en las giras por el interior llevando el espectáculo “Piluso y Coquito y los Gigantes del Ring”, una troupe de luchadores que se había separado de Karadagián y usaban otro nombre
Olmedo pensó en su compañero de tantos años, y lo ayudó de la mejor manera, poniendo su arte, su prestigio, su fama a disposición del amigo. Eso es lo quiero rescatar de ese negro trasgresor, pero encantador, en la vida real, solidario y desinteresado. Así era Olmedo.
En el mes de marzo se cumplen veintitrés años de su trágica muerte, de su última mueca, parece mentira pero cada vez que lo vemos en sus películas o en sus programas, creemos que está vivo, que no se fue, claro como se va a ir si es un grande, un grande con un alma infinita. El 5 de marzo de 1988 moría Piluso, el Manosanta, Rucucu, ese día, nacía un mito.
Qué lástima que se nos fue....Hace falta en esta época personas que se rian y hagan reir como lo hacía él.Fue innecesaria su muerte de esa manera,casi jugando.
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